A pesar de que varias parejas felices se unen todos los días para formar sus familias y estar juntos hasta que la muerte nos separe, al poco tiempo esa felicidad del principio va muriendo, poco a poco y a veces convierte en un mundo de peleas, golpes...y por ende llanto...¿qué sentido tiene aquella unión? si los que sufren son las pequeñas criaturas nacidas en el seno de aquellas "familias". Tal vez cuando pequeños estamos ajenos a los problemas de nuestros padres...pero año tras año, sí, nos percatamos de que algo anda mal y que tal vez nuestra familia es diferente a la de nuestros amigos y cómo nos gustaría que por solo una vez nuestros padres sonrieran y se abrazaran, y nos dijeran que nos quieren, que somos importantes...que nos querían traer al mundo. En algunas familias, los hijos piden reglas, ser protegidos, ser amados...tener un padre presente y una madre que cumpla con su rol, unos padres amorosos, ¿acaso no se dan cuenta que nosotros somos los hijos y que necesitamos cariño? Nosotros no debemos cuidar a nuestros padres ¡Ellos DEBEN hacerlo! ¿No tienen sentido los votos que juraron cumplir ante Dios? ¿Acaso lo olvidaron? Son miles los mundos que hay detrás de cada puerta...mi familia, no me quejo de ella, me gusta como es, puedo dormir tranquila cada noche, pero como me gustaría que las familias de mis amigos fueran así...pacíficas. Quiero ponerme en el lugar de cada uno y entenderlos, por eso escribo esta pequeña nota...luego de aquel espacio en donde todos se abrieron y hablaron sobre sus mundos detrás de la puerta, comprendí muchas cosas...los dos lados de la moneda, de un mundo, mitad sumido en tinieblas, sufrimiento y desdicha, donde el negro es el único color visible, ni sus manos pueden mirar. El otro lado es un mundo lleno de colores, donde el mundo muestra toda su belleza...un mundo encerrado en una burbuja de felicidad y amor...pero...¿Por qué no hay un termino medio? ¿la empatía desaparece? No seas prejuicioso y toma en cuenta esta nota para el futuro.
Para Todas aquellas lindas personas que conocí este año y que seguiré hasta el próximo...a los valientes que hablaron de sus mundos sin miedo, a las personas que pasan por esta situación, a los que pretenden formar un hogar feliz, para los padres, para mis amigos y para todos los que usamos la empatía día a día. Los quiero y me encantaría conocerlos más a cada uno de ustedes.
Gracias por leer.